sábado, 14 de febrero de 2015

¡Qué difícil!
No dejarse llevar por la rabia.
¡Qué difícil!
Aceptar que un día puede que te vayas.

¡Qué difícil!
Estar tranquila cuando tu no me abrazas.

Ojala, es una palabra muy usada por la mente,
para dar forma a mis deseos.

Quiero hacerlo lo mejor posible.
Pero creo que cuanto más lo pienso es peor.

Nada tiene sentido,
si destierro este amor.
Y es que es lo único que me hace humana.

No puedo apartarme,
aunque puede que en este momento sea lo mejor.
Cuando me echas, no puedo irme.
Quiero enfadarme y no puedo.

¿Soy débil?
Siento que formas parte de todo.
¿La vida tiene sentido sólo cuando estas cerca de mi?
Continuamente lo que escribo suena a típico.
Pero es que no tengo palabras.
No sé como demostrarte mi amor.

Este amor es como un incendio continuo.
Quiero abrasarme contigo.
No puedo pensar con claridad.
Escribo sin pensar.
He dejado de saber hablar.

A veces pienso que tanta luz me va a cegar.
Pero sin luz, no veo los colores,
ni puedo volver a caminar.

Puede que mi orgullo se interponga entre nosotros.
O el tuyo el que me aparte.
Te noto lejos y estás cerca.
Dices que estás a mi lado,
pero no te percibo.
Y luego resulta que soy yo que me lo imagino.
La ansiedad a veces me posee.
Me asusta.

Y me dan arrebatos infantiles,
besaría donde duermes,
donde pisas,
lo que dices...
Tu sonrisa,
hasta lo que no me gusta de ti.

Son tan volubles los sentimientos,
y a la vez tan firmes y decididos.

No creo en el matrimonio,
y aún así me casaría contigo.
Nunca podré pensar antes de sentir.
Este amor parece no entrar en mi,
y a la vez me hace sentirme tan bien.