sábado, 30 de abril de 2011

Otra causa más...

Me gustaría ser esa ilusión
que has puesto,
ese empeño,
esa fuerza.

La fuerza aplicada a tu azada.


Esa esperanza que rezuma
cuando acaba de llover.

Causa de ese respirar lento.
Causa de ese respirar difícil.

Y tocar tu brazo y sentir
que estás vivo.
Sentir que es cierto.


Pateando me encontraste.
Quiero ser otra causa más
de tu libertad.




miércoles, 27 de abril de 2011

Un dilema de otros muchos.
Es la necesidad de entregar todo.
Frente al no querer dar nada.

El correr tras el autobús,
el parar ante el empapar
de la lluvia.

Esas hojas retienen
esas gotas,
donde deseo bañarme.

Pero esas gotas,
no parecen hechas
para mí.
De nuevo,
no parecen hechas para mí.

Un deseo de entregar se aproxima.
Un deseo de arrasar las ruinas.
Un poseer,
frente a un liberar.

El desear ser flor única.
Choque con el desear
a ser soltada al mar.

La risa frente al encoger
del interior.
La extrema alegría,
frente al mínimo detalle,
frente al horror de enfrentarse
al desenlace.

Y mientras tanto,
los mosquitos se posan,
intentan
picar, trasgredir,
arañar, mutar.
Los pájaros siguen piando.
Y tú, no se que camino tomarás.

No lo sé,
no se si quiero saberlo.
No se si me importa.
No se si quiero que me importe.

martes, 26 de abril de 2011

Cuando nos damos las manos en símbolo de despedida,
noto que lo haces con fuerza,
sin preocupaciones.
Y eso hace tambalear mi muralla.

Corre rápido el gato,
las gotas de lluvia en las coles,
Y tu sonrisa aproximar.

Y me dan ganas de tomarte de la mano,
de pasear así...
Pero no se porqué.

lunes, 25 de abril de 2011

Me dices que estoy enamorad@ de la vida.
Y eso me hace enamorarme aun más de ella.

Pero no ves lo que me gustaría enamorarme,
aun más.



Me sorprendes,
y a la vez la naturaleza parece emanar de ti.


La hiedra ahora me obsesiona.
Pero tu sonrisa consigue tranquilizarme.
Y me descubro,
tras mucho tiempo,
con la tranquilidad
entre mis venas.

jueves, 21 de abril de 2011

Percasol.

Yo los pescaba y luego los soltaba.

Percasol.

Sacan las espinas cuando se sienten
en peligro.
Provocan dolor.

Percasol

Se resisten a ser cazados,
se agitan,
no les importa terminar cansados.

Percasol.

Es una especie invasora.
Terminan con las plantas,
con los pececillos,
con la fauna autóctona,
y brilla su cola.
Me gustaría escuchar una voz
que diga fuerte y claro:
Mira, ahí va,
está loca,
pero no me importa.

Mira, se enfrenta a lo desconocido,
sin cerrar la boca.

Y saluda a quien no conoce,
saluda a lo desconocido
le tiende una sonrisa,
no teme el dolor.
No teme a la decepción.
Solo a la decepción que puede causar.

Y yo respeto a su ser.
Yo amo su ser.
Amo las alas que despegan,
las alas que se pliegan.

No quiero que calle.
No quiero que me ame solo a mi.
Quiero verle amar a las cosas.


Pinos bien recortados, si, pero nunca perderán ese olor salvaje.



Tengo que pensar menos.
Tengo que entregar más.
Tengo que pensar menos.
Tengo que entregar más.


Más actos,
menos palabras.


Caricias próximas,
alientos lejanos,
suspiros dormidos,
¿cálidas manos?

Pinos bien recortados.

Quiero ir contigo por ese camino,
ese camino que inicia
rodeado de pinos bien recortados.

Aspirar ese olor.

Y descubrir el lugar dónde
podríamos llegar.

Me enfado si pienso
en que tengo que esperar
a que arregles
la bicicleta.

Me gustaría arreglarla.

Vamos andando si no hay bicicleta.

miércoles, 13 de abril de 2011

Ahora una legumbre parece
esperar el algodón húmedo.

Escucho tu voz,
la letra que sale de ti.

A veces todo es perplejidad,
sobretodo cuando me descubro
deseando estupideces.

Es que mis brazos desean cobijar
al solitario buzón,
agujereado por la tristeza.

De nuevo me siento ONG.

Dices que no hay tiempo para dormir
Y yo deseo que sea así.

Estúpida necesidad de acariciar...
Y ser acariciada, cuerda de guitarra.

Una esperanza parece nacer
de la insistencia,
de la inexistencia.

Entonces espero la muerte
del verde, del rojo, del añil.



domingo, 10 de abril de 2011

De repente sin avisar,
estalla.
Igual es la impresión,
cuando al andar,
en una esquina
me viene su olor.

Y la imagen de él.
Parece real.
Me pregunto cuando me dejará de perseguir.

Nos cruzamos,
damos la vuelta.
Hacemos que no nos vemos.

Pero en el fondo,
yo al menos,
tengo ganas de saber de ti.

Tengo ganas de correr detrás de ti.


Me pregunto cuando ese recuerdo
me dejará de perseguir.


¿Es qué solo estarás tú,
en este hueco?

Ola enrevesada,
que me besa a traición.
Y hace poner en duda mi razón...

Y esa angustia,
pasada angustia,
¿por qué aparece como si nada
por mi salón?


lunes, 4 de abril de 2011

Y son muchas veces,
a lo largo del día
que debo recordarme,
no mirar atrás.


No quedarme en esa humareda de tierra,
de polvo,
de labios
y pétalos de verano.

Un cielo estrellado sostiene
mi mirada,
mi sonrisa,
y el deambular de gatos.

Ya no hay nada igual.
Y eso es agradable,
desagradable,
suave y áspero.

Pero ni rastro ya de pena.
Aunque al cruzarse,
hay una colisión con el ahora.

Y es entonces cuando me pregunto:
¿Es una pincelada nueva
sobre una caduca?