jueves, 21 de abril de 2011

Me gustaría escuchar una voz
que diga fuerte y claro:
Mira, ahí va,
está loca,
pero no me importa.

Mira, se enfrenta a lo desconocido,
sin cerrar la boca.

Y saluda a quien no conoce,
saluda a lo desconocido
le tiende una sonrisa,
no teme el dolor.
No teme a la decepción.
Solo a la decepción que puede causar.

Y yo respeto a su ser.
Yo amo su ser.
Amo las alas que despegan,
las alas que se pliegan.

No quiero que calle.
No quiero que me ame solo a mi.
Quiero verle amar a las cosas.