que diga fuerte y claro:
Mira, ahí va,
Mira, ahí va,
está loca,
pero no me importa.
Mira, se enfrenta a lo desconocido,
sin cerrar la boca.
Y saluda a quien no conoce,
saluda a lo desconocido
le tiende una sonrisa,
no teme el dolor.
No teme a la decepción.
Solo a la decepción que puede causar.
Y yo respeto a su ser.
Yo amo su ser.
Amo las alas que despegan,
las alas que se pliegan.
No quiero que calle.
No quiero que me ame solo a mi.
Quiero verle amar a las cosas.