miércoles, 26 de mayo de 2010

El desierto del amor.

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Nuestro dolor consiste en ver cómo el ser amado forma ante nuestros ojos la imagen que se hace de nosotros; anula nuestra más preciosas virtudes, y deja, a plena luz, aquella debilidad, ese ridículo, ese vicio... Nos impide su visión, nos obliga a adaptarnos en todo lo que a nosotros se respecta, a su estrecha idea. No sabrá jamás que, ante los ojos de cualquier otro, cuyo afecto no tiene ningún valor, nuestras virtudes estallan, nuestro talento resplandece, nuestra fuerza parece sobrenatural, nuestro rostro es el de un dios.

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François Mauriac. El desierto del amor.

martes, 25 de mayo de 2010

Some things are better left unsaid...

Some things are better left unsaid

Ahora creo que entiendo mejor las letras. Esas letras que cantábamos.
Pienso: Maldita sea, ¿no podían ser aún más tristes?
Yo las oía como si fuesen felices.
Yo era feliz cantándolas.

Y cuando ahora entiendo su significado. Pienso que tú no las has contaminado.
Eran así ya antes.

Yo era quien las cantaba para ti. Y aún a veces las canto para tu pasado tú.
Normal que tú ahora no las escuches y las cantes ya.
Tú olvidas siempre muy rápido, dijiste y seguramente dirás.

A mi me encantaba Falling for you.
Tras tú desaparición comencé a cantar las otras, las tristes. Oh, vaya, desconociendo su significado mi subconsciente me ponía en paralelo a ellas, y con sentido. Con sentido eran paralelas a mi. Eran donde tú me habías dejado.
Ahora me rió mientras lo escribo.
Ahora ya de nuevo son simplemente mis canciones. Ahora no las canto por tristeza.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Sabanas frescas.

Cuando me introduzco en las sabanas frescas, hay días que me viene a la cabeza tu imagen.
Y esa ventana con la persiana bajada casi del todo para que no nos viesen los vecinos.
Ese pequeño rayo de luz azulada que entraba por esos patios interiores...
Me gustaba esa luz. Era como una infusión que tranquilizaba mis sentidos, llegando yo casi al nirvana.

Yo nunca había disfrutado de esos colores fríos, como en aquella época.
Y había desechado la oscuridad de mis gustos, había escapado de los paseos en la noche...

Esa ampliación de los campos que forman mi persona, fueron ampliados con tus manos, con tu suave presencia.
Y es increíble como una persona como yo, tan excesivamente incontrolable, activa y pura energía, se sosegase con una suave presencia, para muchas personas casi imperceptible.

Recuerdo que comenzaste a existir para mi entorno por mi tozudez y pesadez, aunque hubieses rozado tantas veces mi entorno antes, y yo no me hubiese dado cuenta de ello hasta aquel momento.
Lo prodigioso del encuentro, fue que habíamos estado muy cerca el uno del otro siempre, pero sin tocarnos.

Solo quedó la noche estrellada sin la tumbona de mi lado ocupada. Música tarareada por mi, pero sin tus oídos que la escuchen.
Un "algo" a medias dentro de mí.
Un comenzado aprecio a las flores y su fragancia, que tú despertaste.

Un tren que sigue pasando a la misma hora, pero que no oigo ya siempre, porque ya no estoy siempre allí para oírlo.

martes, 18 de mayo de 2010

Sin titulo.

Caminando por la noche junto a la vía del tren, recordé de nuevo muchas cosas.
De fondo sonaba Nuestra estación.
Y yo me sentía como si en realidad alguna vez la hubiésemos tenido.
Es gracioso ver, como el ser humano se apodera de todo cuanto no es suyo,
incluso recuerdos de otras personas, o sentimientos similares a los que siente para poder entenderlos.

Pensé de nuevo en las diferentes soluciones a ese rompe cabezas.

Parece ser que me gustan los misterios, incluso los que inciden como un formón en la madera de mi cuerpo. Incluso los que no me hacen bien.

¿Puede ser que te enamorases de otra persona?
En aquellos momentos nunca caí en ello, pero podría haber sido así.
Puede que sea esa sencilla cosa la pieza que me falta.
Fue difícil creer que un sentimiento me fuese correspondido, fue más difícil que un sentimiento desapareciese ante mis ojos sin dar explicación.

El ser humano es el único animal que puede solo ver el dolor o la tristeza, estando rodeado de tantas cosas bellas. Puede quedarse ciego sin perder la vista.

Fui un ser humano.

Ahora lo sigo siendo, pero puedo llegar a creer en más cosas. ¿Es cierto, no?
En el aire que me despeina. El zumbido de una abeja.
E incluso el fluir del agua.


Y pieles cálidas acompañadas de sinceras sonrisas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

¿Y ahora?

Acabo de comprender porque te gustaban las canciones que trataban de tipos poco agraciados, enamorados de grandes chicas, las más populares del instituto, bellas y sensibles.

Era como un reflejo de tu pasado.

Pero entonces ,¿que pintaba yo en todo eso?

No era ni popular.

Ni como esas adoradas animadoras.


Era todo lo contrario, y lo sigo siendo.

Entonces rompiste los cristales, pisoteaste las flores.
Y volviste a tu música de protesta.
Tú a oír hip hop, yo a oír punk.
Separación.

Aún así me seguiste pareciendo como siempre. Nada de lo que tú debías sentir se me pasaba por la cabeza. Supongo que nunca sabré que era lo que volaba por tu pensamiento como las aves por mi ventana. No había canción que te describiese para mi.



¿Y ahora?

domingo, 9 de mayo de 2010

Cicatriz

Todos tenemos cicatrices. Unos rosadas, otros blancas.
La mía es anaranjada. Y en verano se camufla con el moreno de mi piel.

Hasta ahora todas eran pequeñas salvo una. Una de ellas es enorme.
Y la veo cada vez que me miro en el espejo del pasado y del presente.

El pasado está lejos cuando corro o nado. Está en su sitio. No se mueve ni me alborota el pelo.

Ahora estoy feliz. No solo veo esa cicatriz.
Notó otras marcas aun más bellas y dulces, las de la amistad.
Estás no son amargas cuando llueve o tengo frío.

Que tú, amiga, me estés marcando...me agrada. Ahora no solo existe esa gran cicatriz.

El pasar de los días.

Te miro y siento que quiero abrazarte precipitadamente.
Dejarme caer por la cascada de tu mirada dulce.
A veces me gustaría estar en silencio mirándote.
Pero no existe silencio entre nosotros. No se si eso es algo positivo.

En la oscuridad nuestros pies se frotan como dos animales salvajes.
Es entonces cuando me doy cuenta que no guardo resistencia ninguna, que me dejo llevar. Que mi cuerpo no parece ofenderse si lo tocas.

El tiempo me dirá.

Cuando caminamos y quiero tomarte la mano, no lo hago.
Me sorprende que tú lo hagas sin censuras mentales.

Me gustaría sentir tu pecho subir y bajar, con la respiración, contra mi pecho. Sentir que eres real.

Las palabras se escapan cuando dices cualquier cosa, mi mente se vacía.

Después de todo, evito pensar en el final.

jueves, 6 de mayo de 2010

Las aves vuelven...

Puedo sentir la vida recorriendo por mis venas y traspirando por mi piel, cuando estoy con gente tan especial como tú.

Y paladeo. Lo amargo se hace más fácil de asimilar si te oigo.
Creo que tú eres una de las tantas creaciones de este mundo, que se agradecen. Este es mi mejor piropo.

Supongo que no esperare con la angustia, a que te marches para dártelo.

Prefiero pensar que las aves vuelven con el calor...

lunes, 3 de mayo de 2010

Sin titulo de nuevo.

Intentó plasmar ese recuerdo de nuevo.

Esos abrazos que ya no existen y que parecen ser los únicos que han existido.

Y tu silueta desnuda en la semioscuridad, es el único cuerpo que recuerdo.

Constancia de nuevo.

Llegado un momento de profunda incomprensión ante cualquiera de las situaciones que me rodeaban, decidí que era momento de no preguntarse continuamente las mismas cosas...

Poco a poco se puede ir logrando evitar ese juego que tanto utiliza nuestro subconsciente para tenernos continuamente atentos a sus caprichos.
Pero es un proceso lento.

De nuevo la constancia es una buena baza para conseguir lo que nos proponemos.

Solo escribirlo ya me da la valentía suficiente para llevarlo a la práctica.

Pensamientos.

Antes pensaba:"Ya que siempre en la vida, se pasan momentos de soledad, momentos en los que solo estamos con nuestro interior, con nuestras dudas, nuestras cuestiones y debemos aguantarnos...Por lo menos quiero decidir cuando serán esos momentos de soledad."
Era todo valentía. Convicción.
Me separaba del mundo. Me escabullía de las manos que me sujetaban.

Luego me extrañaba y sorprendía cuando se me desmoronaba todo.

Que estupidez la mía.