Ya no solo me sorprendes tú.
Ya no solo me sorprende tu belleza,
tu interior...
Si no que me sorprende lo que siento por ello.
martes, 24 de abril de 2012
Y la conversación pasó
de la novela rusa hasta Goethe y su Romanticismo.
Absurdo. Aunque para
cuadro, el que giraba entorno nuestro. Personas riendo en mil
idiomas, un camarero que parecía salir de un cuadro de Velázquez y
de sus cuadros llenos de personajes indescriptibles.
Un camarero, digno de
verlo y de paso para usarlo como personaje para escribir una novela,
que encima nos estaba echando del local a unos amigos y a mí, hacia
la plaza Santa Ana, de Madrid.
Así me abrí yo al aire.
Y resultó que pisé agua de mar. La brisa estaba a favor del
marinero sin barco.
Yo sonreía al saltar los bordillos.
Me despedí del marinero, dibujando en
mi libreta, y escuchando su voz tras el cristal del autobús.
Despidiéndome no sólo con la mano, sino con el papel.
Quien me iba a decir a mí, que un año
después, el vendría para pasear conmigo por el parque, por la
ciudad, por mi vida...bajo el paraguas.
Que volveríamos a Madrid. Que
descubriríamos la noche calurosa y húmeda. Que saborearíamos el
salitre de la efervescencia.
Pero sabemos que todos los marineros
vuelven a la mar.
Por eso mis lágrimas no fueron a parar
a el río, para acompañarle, cuando se verificó la partida.
Y ahora nos separa un mar de silencio y
su evasión.
Y unas declaraciones consumidas.
viernes, 20 de abril de 2012
No es positivo mentirse a uno mismo.
Pero si es positivo de vez en cuando, cuando nuestra niña interior lo necesita, contarnos un cuento. No un cuento Disney, pero sí un cuento.
Yo me cuento cuentos, valga la redundancia, que sólo me gustan a mi. Introduzco piratas, niños rebeldes, mujeres con carácter que no se dejan gobernar, a mi misma mejorando en algún deporte...
Y después de escuchar el cuento o cuentos, reflexiono, y encuentro soluciones reales, para mi vida. Y sino, al menos tengo unos minutos para mi persona sola. Al menos tengo unos minutos de evasión sana.
Odio arrepentirme.
Y si hay algo más que odio a parte de eso, es odiar arrepentirme.
Pero es la verdad. He hecho algo estúpido.
Ahora puede que no creas mis palabras.
Ahora puede que no creas que te quiero.
Ahora puede que no confíes más en mi.
Y lo que más me preocupa, es que te haya podido hacer sentir mal o infeliz. Es algo que va en contra de lo que siempre he deseado.
Y lo peor de todo, es que no sé que decir, ni que hacer.
Y si hay algo más que odio a parte de eso, es odiar arrepentirme.
Pero es la verdad. He hecho algo estúpido.
Ahora puede que no creas mis palabras.
Ahora puede que no creas que te quiero.
Ahora puede que no confíes más en mi.
Y lo que más me preocupa, es que te haya podido hacer sentir mal o infeliz. Es algo que va en contra de lo que siempre he deseado.
Y lo peor de todo, es que no sé que decir, ni que hacer.
martes, 17 de abril de 2012
miércoles, 11 de abril de 2012
martes, 10 de abril de 2012
Oteo el horizonte
desde mi mar
de pan rallado.
Me he convertido
en una estación de tren.
Pero no tengo vagabundos
que duerman en mis bancos,
o en la cabina fotográfica.
Y los caramelos de colores,
no me huelen a nada.
Aunque de todos modos
aun así los persigo
pensando que son juguetes.
Mi piel no sabe a que a tenerse.
Mis labios no me preguntan por qué beso.
Debería pensar, y no lo hago.
¿Me ha crecido el corazón,
o me ha menguado?
¿Puede que esté más abierto,
o más cerrado?
No se.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)