miércoles, 23 de diciembre de 2009

Esa tarde caminaremos por la orilla.

Esa tarde caminaremos por la orilla.
Los barcos habrán amarrado sus velas,
Los botes aquellos que tanto nos gustaban ver
Esos botes
serán de espejo y azucena.

Tiraremos piedras
Las ranas diluirán tu bello rostro.
Tu pelo de plata me hará guiñar un ojo...
... Cuando el sol comience a descender.

Y es ahí cuando los labios tomen conciencia.

Y mi mano derecha rozara tu mejilla,
dejare estelas en tus fluidos ojos.
Mi mirada de anhelo inconstante.

Concavidades son estos abrazos,
Seguirán siéndolo.
Hasta que me queden entrañas.

Entonces me mandaras un mensaje
Diciendo que lo sientes,
Que no volveremos a vernos.
Me despediré del río.

Me quedaré muda viéndote bailar con las palabras de tu boca.
Esa ternura despertará de nuevo.

Cuando el sol comience a descender
Y tu cabello a enrojecer tras esas gafas de buceo.




A. Francesca