miércoles, 9 de junio de 2010

Dirigido a un reflejo...

Taconeo con mis pestañas.

Mientras, camino a tu lado…

Es subida al bordillo.


Cuando hablas de cocina

siento de vez en cuando,

Que como tu boca

se hizo el mundo.


Delicada.

No como un pétalo,

es, y fue tu creación.

La creación…


Eres muchas veces la idea de la ternura en carne.


Envejecen las luces de las farolas:

cuando saltas esos muros,

gateas esas farolas

o abrazas este cuerpo de aire.


¿Puede tu libertad,

ser aun más palpable que la de esa ave?


Siempre una sonrisa secunda,

a tus palabras de Bienvenida para el mundo.


Hasta las muecas embellecen tu rostro.