domingo, 15 de agosto de 2010

Con una rotura del cielo,
me doy cuenta que me he enamorado de él esta noche.
No le he visto por segunda vez y ya quiero hacerle el amor hasta reventar.


Una gran carcajada falsa finaliza estas frases cargadas de ¿espiritualidad?


Sigo riéndome ante mi propia facilidad de enamoramiento hormonal.



Silbo. Ahora no hay nada.
Con el paso de los minutos creo que seguirá sin haber nada en ese cajón, mientras otros se van llenando poco a poco.
El cajón de la experiencia supera todas las expectativas.

Lamo las esquinas del cajón de los sentimientos, rebañando cuando ya no hay nada.
No debiste haberte bañado en calzoncillos, ni yo tampoco.