sábado, 4 de diciembre de 2010

Me gustaría volver a esa oscuridad llena de luz. No decir esas palabras que sonaron tan seguras. No decir nada. Hacerte callar. Dejarte hacer. Dejarme llevar.
Y si aún así me dieses la razón, saltar sobre ti. Hacer lo que deberíamos hacer, nada de palabras, nada de excusas.
Demostrarte que porque intenté no agobiar, no significaba que no me gustaría estar encima tuyo. Por negarme el amor, no me niego la felicidad. De hecho no me niego nada, solo intento que nada me dañe, que nada me retrase.
Demostrarte que para mi estaba siendo algo importante, algo muy agradable, algo que no olvidaré. Pero resultó como si no hubiese sido nada para mí. Como si no pasaba nada. Cuando mi intención no era otra que trasmitir seguridad, confianza.

Pero como siempre me mal interpretaron. Pese a intentar no hacer ningún papel.
No quiero ser personaje de novela, ni actor, ni director. Pero aún así sin querer me tomaron como un papel de personaje ajeno a los demás, a los sentimientos, inmortal, infantil, egoísta, libre, cosas que no soy.