jueves, 2 de diciembre de 2010

Me siento enfrente de esa fotografía destruida.
Te puedo ver, pese a que ya no estás.
El río parece llamarme.

Las hojas al pasar por encima de mi cabeza,
me recuerdan tu partida.
Te fuiste como ellas lo hacen ahora
de las ramas de esos árboles.

Si me preguntas el color que eras,
no sabría decirte.
Y tu olor solo lo recuerdo a veces.

Poco a poco me voy deshaciendo
de tu pasada presencia.
De tu caduca impresión,
en mis manos,
y corto unos lazos
que están amarrando,
que reducen mi fricción.

Y un mechón notó descender,
mi cabello crece,
desapareciste y lo corté.

El paisaje parece el mismo.
Pero nunca lo volverá a ser.

Poco a poco voy deslizando
tu pasada presencia,
mis talones la notan descender.

Y es así como mi carga disminuye,
como noto mi velocidad aumentar
y mi altura decrecer.