Tu mano coloca mi flequillo
y mi interior se descoloca.
No quiero pedirte nada.
Aunque a veces deseo robarte.
Ya no sólo
se empaña el cristal...
Y ya no sólo se empapan
mis dedos,
mi risa.
Esto son sólo palabras.
Son un intento de trasplantar
mis sentimientos al papel.