No quiero que los hombres sean hipócritas.
Ni que surquen la tierra con odio.
No quiero que las mujeres usen armas
como manera de igualarse a la miseria de algunos hombres.
Quiero mujeres libres,
que caminen sin pedir permiso,
que se abalancen
y luchen por lo que sueñan.
Quiero que haya hombres honrados
que se cuestionen en alto.
Y mujeres que admiren
la capacidad de los niños de crear.
No quiero mujeres ni hombres,
que vean a los niños como una carga.
Quiero hombres y mujeres de verdad
que no callen,
que no digan: qué podemos hacer, sino sólo tragar.
No quiero mujeres y hombres que mientan,
y que no sean honestos consigo mismos.
No quiero gargantas sin voz,
y labios sin amor.
Ni personas que sean capaces de vender
a otras personas.
No quiero mujeres y hombres,
que sean tratados por otros como mercancías.
No quiero nada,
pero quiero el cambio.
No quiero manejar ni cambiar a nadie,
pero si anhelo el cambio.
Este mundo me hace reír,
y también llorar.
Me hace querer destruir,
pero también crear.
Para absurdo de todo,
aun así lo amo.
Y es mi manera de intentar ser honesta
conmigo misma.