jueves, 27 de agosto de 2009

Oh si ,era un juego de niños...
A mí me divertía.

- Que manía la de los adultos de clasificar todo cuanto tocan, huelen o sienten.

Eres un adulto.

- ¿Acaso se pueden clasificar las personas? Este es guapo, este es verde, este azul...¡Anda ya! Me río de todo.

No eres ninguna cría.


- Cuando todo estaba siendo perfecto, van y te reconocen...y te dicen, oh, tú eras la del antifaz naranja...¡La que le gustan los pepinillos en vinagre! Y ya solo por eso te quedas con el nombre de esa, la del antifaz. Me vuelvo a reír. Te fastidian todo.


- No entiendo que narices me quieres decir, guapa. Yo solo te pregunte como estabas.

- ¿No sabes que eso lo peor que le puedes decir a una mujer?

- Pero que bobadas dices...solo te pedí un mechero.

- Oh, maldita sea, todo lo contamináis los adultos. Parece que os gusta...Y luego, lo peor de todo, es que cuando te das cuenta, estas diciéndole a tu hermano pequeño lo mismo que te dijeron a ti. Lo mismo que detestas...Ah, esto es amor, esto es tristeza, esto es amistad...Anda, las palabras deberían ser solo meros útiles...
No debemos quedarnos con la factura, sino con el producto, así tal vez lo entenderíais mejor los adultos. Lo mismo con las palabras.



Cada vez entiendo mejor al principito y siento que todo cuanto me rodean son rosas.
Preciosas, olorosas...y a veces incomprensibles.