miércoles, 16 de marzo de 2011

Siento que por mucho que escriba,
pinte o cante,
nunca sabrá nadie...


Todo cuanto ofrecimos quedó allí.
Y allí está bien.
Nadie lo robará ya.


A veces experimentaría.
Te buscaría para saber
que resultado daría abrazarte.


El espacio no es roto desde entonces.
Más proximidad he tenido que antes,
pero nunca trascendencia,
o rasgadura tan profunda.

¿Robaste tú mi capa de ozono?
Pudiste enhebrar la aguja,
me pregunto donde estará ahora.

Tiempo atrás aún te escuchaba de lejos.
Lograbas alcanzarme con tu penumbra.
Y recordaba la luz,
esa que tanto mencionabas.

En realidad tus respuestas si importaban.
No como ahora,
que no las escucho,
que no las deseo.
Que no las exijo.

Diste conciencia a mi persona
sin ni siquiera desearlo.

Ayudaste a nacer,
al niño que no esperaba,
pues no sabía del tiempo.


Diste sentido a las estaciones,
pues tus pestañas caían
como el desprender de las hojas.

Enmarcaste Noviembre
en el calendario.
Pero él nunca te lo agradeció.
Desde entonces comemos castañas,
y perseguimos dientes de león.