pinte o cante,
nunca sabrá nadie...
Todo cuanto ofrecimos quedó allí.
Y allí está bien.
Nadie lo robará ya.
A veces experimentaría.
Te buscaría para saber
que resultado daría abrazarte.
El espacio no es roto desde entonces.
Más proximidad he tenido que antes,
pero nunca trascendencia,
o rasgadura tan profunda.
¿Robaste tú mi capa de ozono?
Pudiste enhebrar la aguja,
me pregunto donde estará ahora.
Tiempo atrás aún te escuchaba de lejos.
Lograbas alcanzarme con tu penumbra.
Y recordaba la luz,
esa que tanto mencionabas.
En realidad tus respuestas si importaban.
No como ahora,
que no las escucho,
que no las deseo.
Que no las exijo.
Diste conciencia a mi persona
sin ni siquiera desearlo.
Ayudaste a nacer,
al niño que no esperaba,
pues no sabía del tiempo.
Diste sentido a las estaciones,
pues tus pestañas caían
como el desprender de las hojas.
Enmarcaste Noviembre
en el calendario.
Pero él nunca te lo agradeció.
Desde entonces comemos castañas,
y perseguimos dientes de león.