viernes, 22 de julio de 2011

Si duermes conmigo
no voy a caer de la cama.

Puedo decir excusas,
para conservar el olor
y el calor,
y vapor de verano.


¿Qué vapor?
Otra excusa.
Para tomarte
poco a poco,
sorbo a sorbo.
Pizca a pizca.

Y devorar la lumbre
de tus ojos
y su mirar lejano
a veces.

Cada día
es una nueva vida.
Y cada día diferente luz
ilumina los ojos
de amapola
a veces segada...

A veces me miras
desde el otro lado.
Pero no es triste.
Lo acepto.
Te acepto.

Se que nunca estaré
al otro lado.
Lo mismo,
tú no estarás
en mi parte en la que
siempre es de noche.

O puede que sí...