miércoles, 20 de mayo de 2009

Me voy haciendo inmune al cielo.

Y su pureza enigmática.

 

Atraigo a los grillos.

Los aparto de un manotazo.

Creen que me alcanzaran,

Haciendo mella en mí llaga.

 

Escupo saliva difusa, de colores.

Mañana será un buen día para no despertar.

 

Agito la mano diciéndote hola.

Y despidiéndome de manera elegante,

Sin avisarte,

Haciéndote creer que mañana nos volveremos a ver.

 

Antes de partir para no volver.

Susurrare las palabras que me desconfiguraron.

Reactivare, la sonrisa.

Sombrero en mano,

Pañuelo de seda colorida,

Mañana al llamarme no existiré.

 

Mañana al querer solucionarlo,

Ni hablare.

 

Me reiré porque habré perdido,

Habré perdido lo que quería,

Porque quería.

 

Los árboles serán los únicos que sabrán de mí partir.

 

Partiré la tortilla.

Brindare a vuestro honor.

Y luego me tirare al rió,

A sufrir un corte de digestión.

En el rió de los sentidos.

 

Aniquilando,

Todo cuanto contagiaste

Junto a tu pandilla de tambores.

 

Sonreirá la acera,

Que junto a la vaselina,

Olerán a lluvia.

Entonces cambiare las tejas del tejado,

Que ya va siendo hora.