sábado, 6 de febrero de 2010

Me acobardo.

Me acobardo. Mis extremidades se vuelven de duro hielo. Aunque en el fondo solo deseo apretarte la mano. No asustarme al sentir como introduces mi mano entre las tuyas.
Estrujarte como tu estás haciendo.
Podría ser un problema tu sociabilidad con la gente, tu cariño tan profundo. Pero lo cierto es que me siento una persona especial cuando tú te acercas a mi.
Tus brazos reposan en mis trapecios a veces, y yo me obligo a no aspirar tu cuello...
A no acariciarte el rostro, o rozar tu cabello...Se que no te gusta.



No puedo evitar repetir como siempre aquel suspiro, cuando te vas.

Si te abalanzas cuando camino, para abrazarme, no puedo evitar estremecer o enmudecer. Me gustaría pensar de verdad que algo de esto tiene sentido para alguien.
Se que no. No es así, solo me conformo con escucharte hablar rápido, rápido como el aleteo de una mariposa...

Me incomoda tener que fijar mis ojos en los tuyos, y no tener que sonreír.
Me gustaría...