lunes, 8 de marzo de 2010

Eres cruel, solo porque yo te observó.






A los deseos de ser luna,
para iluminar tu rostro...
Le pido yo que no seas cruel.


Si las palabras desprendidas por tu boca,
fuesen actos...

Se que ahora pensaría aun más en tenerte.


Cuanto más te veo dormir ,
más aumentan mis ganas de despertarte.


La crueldad que aparece como nebulosa...
no es potenciada por tu persona.
Eres cruel,
solo porque yo te observo.

Y las palabras agrietan porque no son ciertas,
pero son certeras.
Yo me descubro a mi misma
enrojecida tras tu belleza.
Me sorprende mi propio rostro.


Me encuentro observándote con demasiada calma,
cuando solo deseo echar un simple vistazo,
empaparme sin verter,
sin desbordar.
Pero reteniendo parte en mi retina,
en mi paladar...

En mis brazos, a los que abrazas.
Hombros que no pesan tras el abrazo.
Se hunden tras tu huida.

Pero puedo esperar.
Siento que merece la pena esperar algo más.
Quizás algún día puedas ver más allá de mi cabello despeinado,
de mis mejillas sonrosadas...