sábado, 6 de marzo de 2010

Imprimación.

He vuelto al piso de la ignorancia.
Volví cuando deje de amarte.
Ahora me gustaría saber en que piso terminaré.
Debería haber subido por las escaleras, como hago siempre, en vez de por el ascensor.


Mis alas desprenden fuego por cada una de sus plumas. Están ardiendo gran parte del día.
Pese a haber crecido me siento más diminuta que hace unos años. Se que es por “eso”, de nuevo.
Me pregunto muchas veces si alguna vez volveré a elevarme. Si volveré a conseguir que cada una de esas plumas se consuma en una piel ajena a la mía.
De nuevo es por “eso”, que te recuerdo.
Admiro mi antiguo yo, como si de un boceto preparatorio a la gran obra, se tratase.
Me pregunto si en realidad lo que soy ahora, no es una simple imprimación, y una consecuencia de “eso”.
Muchos despreciativos he oído susurrar a los árboles de tu barrio.
Digo despreciativos, pero en realidad eran exclamaciones que exaltaban la belleza pasada.
Es una molestia, de nuevo.
Tanta energía que se va evaporando en el aire, resecando las hojas...
Supongo que tú sofocabas de alguna manera las hogueras.


Si no voy a volver a volar, al menos me gustaría que me arrancasen las alas