Mis poros se abren ante tu presencia.
Antes de escribir para ti,
escribía para unos recuerdos,
o sentimientos firmes,
pero luego pasajeros.
Eran lágrimas evaporándose en la distancia
del tiempo.
Ahora son todo runrún.
Frases a veces incluso rebosantes
de contrasentidos
o incoherencias.
Con tu aleteo,
o reflejo en el cabello
siento que quiero vivir el momento.
Sin plantearme mi existencia.
O un acercamiento a ti,
en el futuro.
Tus manías, tus gestos,
poco a poco
te voy aprendiendo.
Se que pase lo que pase,
no serás para mi un recuerdo.
Deseo tenerte cerca.
Muy cerca,
aunque solo sea un día a la semana.