lunes, 28 de febrero de 2011

Lo simple.

Me gustas mucho. Me encantas.Me enfureces. Me siento simple, si, simple. No sencillez. Y noto que repito mucho "me".
Quieres que todo te caiga del cielo.
Pensé en decirte que siento. Pero eres una persona muy creída.
Aún así te diré lo que siento. Me gusta el rechazo.
Intento el sarcasmo, me quedo con "intento".
Me noto tocar por la burla. E incluso a veces deseo tomarte de los brazos, sacudirte.
Pedirte que te vayas de mi lado. Que no te sientes a mi lado cuando no te digo nada.
Que no me hables, que te alejes de mi.
Que no respires tan alto, que no me roces.
Que no me toques.

Siento correr tras de ti,
y tú te escapas.
Me paro a observar el escaparate
del río,
del camino.
Y apareces con preguntas.
Y apareces pidiéndome
que te hable de esperanza,
de alegría,
de energía positiva.

Y cuando poso los ojos en ti,
no apartas la mirada.
¡Aparta la mirada!

Temo hablarte de amor,
cuando no quiero.
No quiero hablarte cuando quiero.
No voy a hablarte de amor nunca.

Nunca se cumple el "nunca".

Andamos solos.
Pienso en hablarte de amor.
De nuevo.
Pienso en decirte cuanto me gustas.
Y me siento de nuevo algo simple.
Muy simple.
Tan simple...

Podría decirte que te quiero,
que te amo.
Pero no es cierto.
No puede ser cierto.

Tú eres teatro.
Eres burla.
Eres lo negativo en persona.
Eres estupidez,
con un punto de lucidez.
Eres lo absurdo.

Hablas y siento que no me escuchas.
Me escuchas cuando no quiero que me escuches...