domingo, 6 de febrero de 2011

La maizena me la como yo.

Cuando has empezado a existir,
ha sido cuando ya habías entrado en mi vida.
Has entrado como un brizna
bajo mi puerta,
arrastrado con el viento a tu favor.
O puede que en tu contra...
Prefería que fueses una pelusa,
o una piedra.

Ahora me pregunto por qué eres así,
por qué tienes que ser tan bello.
¿Por qué has tenido que sentarte a mi lado?
¿Por qué te encuentro mirándome fijamente?

Puede que mires a la pared...
A veces deseo que sea a la pared.

Decido en voz alta,
que debes terminar lo que
aun no ha empezado.

Una decepción en parte,
ahora la agradecería...

No puedes ser tan imperfecto,
para parecerme perfecto.


Tu presencia ,
como la de un horno.
Y no huele a panecillos.
Tu respiración parece despeinarme.

Me despeinas.
Me irrita darme cuenta
que he dejado
de querer correr sola.
Me irrita darme cuenta
que estoy reservando un sitio,
que te estoy esperando.

Y tú vas a llegar tarde.

Prefiero ya que no llegues.

Los días de tu regreso son espesos
como la maizena.
La maizena me la como yo.