ha sido cuando ya habías entrado en mi vida.
Has entrado como un brizna
bajo mi puerta,
arrastrado con el viento a tu favor.
O puede que en tu contra...
Prefería que fueses una pelusa,
o una piedra.
Ahora me pregunto por qué eres así,
por qué tienes que ser tan bello.
¿Por qué has tenido que sentarte a mi lado?
¿Por qué te encuentro mirándome fijamente?
Puede que mires a la pared...
A veces deseo que sea a la pared.
Decido en voz alta,
que debes terminar lo que
aun no ha empezado.
Una decepción en parte,
ahora la agradecería...
No puedes ser tan imperfecto,
para parecerme perfecto.
Tu presencia ,
como la de un horno.
Y no huele a panecillos.
Tu respiración parece despeinarme.
Me despeinas.
Me irrita darme cuenta
que he dejado
de querer correr sola.
Me irrita darme cuenta
que estoy reservando un sitio,
que te estoy esperando.
Y tú vas a llegar tarde.
Prefiero ya que no llegues.
Los días de tu regreso son espesos
como la maizena.
La maizena me la como yo.