el barco zarpa cada amanecer.
Y descansa cuando los pájaros
descienden a tierra a tender.
El trigo se mueve con el viento
y mi nariz olfatea
la proximidad del amor.
Siempre está próximo.
Siempre me roza.
Le gusta tomar el papel
de sentimiento
atrayente y repelente.
Y sigo pedaleando.
Y los mosquitos me persiguen.
Pero te veo acariciar las semillas
y pienso que debes ser buena tierra.
Sigo picando y escarbando.