Y mis palabras quiero que sean hechos.
La rebeldía cobra sentido.
Lo que retenía,
se suelta.
Toma las riendas,
acierto si tiro una piedra.
Frena cuando sea a mi tejado.
Frena mi mano,
o dales a mis dedos
opción al desenfreno.
Crecer día a día,
y que tú la saliva...
Sea un calmante no sólo de mi sed.
Escultura mejorable a cada caricia de cincel.
Y golpes dulces, escribiendo incluso en un papel.
Si el Arte ya existía,
tú avivaste la retina.
Ahora podría gustarme el carmín.
Y puedo pintar con añil,
pisar el suelo,
oler todas las flores del jardín.
Todo es inestable,
pero es palpable.
Es palpable.
Por fin es palpable.
Aunque sea bajando tus cortinas,
o navegando algún día en esa nave.
Una nave que contigo compartiría.