lunes, 23 de noviembre de 2009

Deformación bella.

Entras en el mundo de los adultos con varias ilusiones, y seriedad. Sobre todo mucha seriedad.
Y te encuentras sin haberte dado cuenta en el paro, frente a unos personajes que parecen haber salido de una fabula o algún cuento tradicional.
Sus ojos sobresalían de sus orificios. Sus frentes brillan, la luz que les rodea podría ser un incentivo a la armonía. Pero aun así la luz es flácida.

Es bastante difícil descubrirte ante este nuevo mundo. Paralelo a esa risa que te carcome desde que has entrado por la puerta y se han aprovechado de ti ya en la cola. Imagínate cuando llegues a las otras interminables colas que no parecen dirigirse a ningún verdadero fin lógico.

Las letras ahora solo son reales en tu mente.

Y te das verdaderamente cuenta, que lo único real de todo cuanto acabas de conocer es la luz que entraba por aquella ventana cerrada y que daba reflejo en tu mano y uñas.
Ni siquiera se han fijado en que son verdes fosforitas.

Aun así, sigue siendo todo maravilloso y extraño.