jueves, 26 de noviembre de 2009

Pía el corazón del canario.
Sus plumas adquieren mas belleza con el sol que entra por una esquina de la ventana casi cerrada. Mi sonrisa le acoge. Y tiendo mis manos y dedos hacia él.
Bello pájaro.
No estés triste.
En los altavoces parece estar encantado Jamie. Mis pies bailan bajo la mesa. Mis pies se desajustan, arrancan sus calcetines.
Empieza a nevar.