jueves, 8 de octubre de 2009

Esperando aun a las claras del día...

Excitación inmersa en burbujas de oxígeno
pasean por las calles
por los parques.

Se oye aletear a lo lejos.

Silencio.

Un verso acaba de nacer,
en ese encuentro.

La cabeza se recuesta en aquel pecho
que no deja de latir...

Ese olor, ya empieza a formar parte de ti.



Entonces es cuando las flores y hojas quedan prendadas de los cabellos
tras su caída.
La tierra ya tomó ese olor a lluvia.
Se alegran que no sean lágrimas, si no lluvia.


Dulce, castaña, lluvia.


Y el sol parece jugar al cucú tras
con las nubes;
Cuando mis ojos buscan unos ojos
unos labios
un cuerpo,
un abrazo.

Y las amapolas se marchan
tras marcar con su tatuaje tus manos.

Las noches comienzan a ser frías.