lunes, 12 de octubre de 2009

Hojarasca

Mariposas blancas emprenden su vuelo
empapelan el cauce del río con plata,
junto al sol.

Y un sudor cálido despierta en el interior de cada ser vivo
con el cambio de estación.

Las copas de los árboles se ruborizan ante el otoño,
que viene vestido de ocres, naranjas, amarillos y colores pardos.
Las hiedras, algunas
desean el carmín.


El aire viene empapado de telarañas.
La poesía se forma en las mañanas cálidas
y las noches frías.
Las sabanas se retiran,
introduciéndose las plumas de patos, ocas...

Se agradece el sol cuando tienden las hojas los arbustos,
los pinos huelen,
la luna asoma en mi ventana.

Me pregunto cuando he dejado de pensar en las personas.
Y he comenzado a saludar a las aves,
a taparme la vista con la mano, por la luz cegadora...

Cuando he abierto la ventana y he agradecido la vida.


Hojarasca.
AÚN NO SE OYEN LAS PISADAS ENTRE TUS CARNES.