miércoles, 21 de octubre de 2009

No pueden salir.

Gotean.
Están goteando.
Los colores gotean dentro de mi pecho.

Al unirse tantos colores, se forman otros.

Negro y gris.


La decepción con el tiempo se amortigua
contra mis dedos,
mis labios...
quemados y disueltos.


Me conformo.
Y lloran las lágrimas porque no
pueden salir.