lunes, 19 de octubre de 2009

Pasada noche.

La pasada

pasada noche

duerme en calma entre mis dedos.


Entre mis dedos.

Más no en mi pecho.


Mi mente tiene como obligación

Recordarlo.

Recuerda, recuerda.


¿Tus labios acompañaron?


Aparece un supuesto paganismo.

Tu voz no existía.

Ahora es cortante.

Es cortante porque no habla.


¿Y ahora como funcionaremos?


Mi sonrisa empeora las cosas.

Tu silencio hiere.


Ese silencio de tus brazos.


Ahora deberías comprender todo.

Mis movimientos en tu presencia.

El tiempo ahora es mi peor aliado.


¿La jugada fue la equivocada?