martes, 28 de septiembre de 2010

Me encuentro de nuevo creciendo.
Y saltando todos los esquemas.
La generosidad despierta dentro mió, por ti.
La ternura florece entre mis dedos.
Y no eres un amor.

Pero me ansía el tenerte entre los brazos.
El que me cuentes,
el transcurrir de tus lágrimas por mis pechos.
Me vuelvo protectora de lo que me supera en creces.

Puedo sentirme fuerte, invencible.
Sabiendo que tú me necesitas...

Entonces me asombra descubrir que nadie sabe lo que siento.
Que nadie comparte lo mismo que yo.
Que nada tiene similitud, solo algo de acercamiento.

Tú escapas del papel típico.
Pero me rehaces.
Podría escribir versos puros por fin,
solo gracias a ti.
Incluso de amor y no es cierto.

¿Estaba confundiendo?

Tacha lo carnal,
pierde valor el erotismo, la sensualidad.
No existe.
Se desvanece la idea de sexos.

Solo queda lo abstracto.