jueves, 16 de septiembre de 2010

No quiero nada de eso.
Esa presión en el pecho nunca la volveré a dejar aparecer...
Nada terminará, porque nada empezará.-¿Así estás?- No respondo.
-Bien vamos, entonces...- Comenta irónica la única madurez que parece no estar ciega.


Tengo muchos defectos. Me gustaría recordarlos.


Me rebelo. Me rebelo como cualquier estúpido de este mundo. Me rebelo cuando no es el momento. Cuando el momento ya pasó.
Me quedo con las palabras en la boca, el corazón palpitando en deshora, y ofreciendo cuando ya el miedo rechazó todo.

Mucho tiempo tendrá que pasar aún...Y esto no parece que nunca llegué a un fin, cuando solo ven mis sonrisas.
No interesan mis lágrimas. Solo mis sonrisas...