lunes, 13 de septiembre de 2010

Te veo brillar, y brillar.
Gira tu mirada tan amplia, tan absorbente...Por toda la sala.

Vibro. Me siento sonreír más de lo normal.
Pero tú vuelas. Siempre vuelas.
Yo corro. Siempre corro. No vamos a coincidir.

Y cuando lo pienso, da la casualidad que no entristezco.
No siento perder mi libertad. Sonrío. Y agradezco.
Aunque un deseo aprieta, constriñe, revuelve y grita. Aunque sucede eso, se que rozarte consigue que valore más mi libertad.
Que la mantenga firmemente apretada contra mi pecho. Y que no la decida soltar.

Siento mi cerebro vacío. He debido quedarme sin nada. Pero no parece importarme. No me importa.
Y si me preguntan que sucederá mañana no me considero capaz de saberlo. Adivinar.

Tu belleza ahora parece ser la del mundo. La veo en cada persona con la que me cruzo.
No se ya distinguir lo bello de lo grotesco.-Estás delirando.-

Las canciones no son capaces de hacerme sentir reflejo. Eso no me sucedió nunca.